Toloño

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Ruta de Géiseres

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DISTANCIA: 2,6 KILÓMETROS 

DURACIÓN: 1 HORA

DESNIVEL: +140 MTS 

PUNTO MÁS BAJO: 170 MTS

PUNTO MÁS ALTO: 250 MTS

Acabamos este fantástico viaje en Islandia, disfrutando de este magnifico fenómeno.

La región geotermal de Geysir se halla en el Círculo Dorado, a unos 110 kilómetros al nordeste de Reikiavik, a tan solo 10 kilómetros de Gullfoss.

A lo largo del valle Haukadalur se extiende una de las zonas con mayor actividad geotérmica de toda Islandia, conocida como Geysir por el géiser homónimo.



Sin embargo, este gran géiser lleva tiempo inactivo a causa de desprendimientos internos en sus túneles y el lanzamiento de objetos y piedras por parte de algunos visitantes.
Geysir llegó a tener erupciones de hasta 80 metros de altura, es una pena, no verlo activo.




El géiser más famoso actualmente en Geysir es el cercano Strokkur, a unos 400 metros de Geysir. Pese a que ni siquiera durante su plenitud llega a alcanzar la altura del otro, Strokkur es mucho más fiable ya que lanza chorros de vapor y agua a 90 grados cada seis o diez minutos, aproximadamente.

Por norma general, el géiser Strokkur deleita a todos los visitantes con erupciones de hasta 30 metros de altura.


Ahora subimos a la parte alta, donde hay un sendero que nos lleva hasta un mirador.



Desde allí podemos ver los geiseres desde más altura y más distancia.




Bajamos de nuevo y vemos otros geiseres que no están activos, aunque si humean.


Cascada Gullfoss

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DISTANCIA: 1,2 KILÓMETROS 

DURACIÓN: 40 MINUTOS

DESNIVEL: +36 MTS 

PUNTO MÁS BAJO: 238 MTS

PUNTO MÁS ALTO: 282 MTS

Ubicada en el extremo este del Círculo Dorado, Gullfoss se ha consagrado como la cascada más célebre de Islandia. Además de enmarcarse en esta ruta turística tan popular, Gullfoss ha conquistado a turistas e islandeses por la fuerza que derrochan sus saltos de agua y el impresionante paisaje que forman.

Para mi personalmente, no es de las cascadas más bonitas de Islandia, pero el acceso es muy rápido y fácil, eso hace que sea muy popular, a parte de estar dentro del circulo dorado.

De hecho, Gullfoss significa “cascada de oro”, para lo cual existen diversas teorías. La primera de ellas afirma que el origen del nombre se debe a la luz dorada que reflejan sus aguas durante el atardecer. En ese sentido, otra hipótesis afirma que es conocida como “cascada dorada” por el arcoíris que se forma cuando la luz solar atraviesa las partículas de agua que quedan suspendidas en el aire en sus cascadas.

La tercera posible explicación, de un carácter más legendario, afirma que hace muchos años vivió en la zona un granjero llamado Gýgur, un hombre que con el paso de los años había obtenido una enorme cantidad de oro. Gýgur, en vez de disfrutar su riqueza en vida, se preocupaba constantemente por saber qué pasaría con su oro cuando él muriese… Dado que no soportaba la idea de que alguien pudiera arrebatárselo una vez muerto, optó por guardarlo en un cofre y lanzarlo a las profundidades de la cascada. ¿Seguirá todavía oculto en Gullfoss el tesoro de Gýgur?



Gullfoss está compuesta por dos cascadas que llevan una media de 109 metros cúbicos de agua por segundo. La primera de ellas, en la parte más alta de las cataratas, mide aproximadamente 11 metros. Tras caer por aquí, el agua se encuentra con otro salto aún mayor: la segunda cascada de Gullfoss mide 20 metros, de forma que la totalidad de ambas suman 31 metros de altura.

La explicación a este fenómeno se debe a la particular geografía islandesa. En la tierra de esta zona, existen diversas capas compuestas de distintos materiales, siendo algunos más duros que otros (como la lava basáltica.) Esto provocó que la fuerza del río Hvitá erosionase los distintos estratos de forma distinta, tallando así poco a poco los escalones que hoy vemos perfectamente reflejados en Gullfoss.



La historia de Gullfoss como atracción turística de Islandia comenzó en torno a 1875, ya que antes de entonces resultaba prácticamente imposible acceder a ella. Sin embargo, a finales del siglo XIX Sigrídur Tómasdóttir, junto con algunas de sus hermanas, se encargó de construir el primer sendero que permitía bajar hasta la cascada, haciendo así posible el disfrute de Gullfoss para todo el mundo.


Tras la llegada de turistas a Gullfoss, la majestuosidad de su paisaje y la enorme furia de su caudal se hicieron muy populares en Islandia y alrededores. Tanto fue así, que un grupo de inversores extranjeros decidió construir en la década de los años 20 una presa hidroeléctrica en sus saltos de agua, para así poder aprovechar la fuerza de la naturaleza para generar energía y electricidad.

Sin embargo, los promotores se toparon con la negativa del propietario de las tierras y su familia, por lo que decidieron acudir al gobierno islandés que sí les permitió la construcción de la presa. Ante esta situación, la misma Sígridur Tómasdóttir (que era la hija del propietario) decidió caminar descalza desde Gullfoss hasta Reikiavik como forma de protesta, amenazando incluso con suicidarse en la catarata si el proyecto continuaba.

Las medidas de protesta surtieron efecto y la presa no llegó nunca a construirse, por lo que Gullfoss se salvó y permaneció inalterada hasta 1979, año en el que se convirtió en una reserva natural y uno de los principales reclamos del Círculo Dorado.

Cráter Kerid (Islandia)

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DISTANCIA: 2,5 KILÓMETROS 

DURACIÓN: 40 MINUTOS

DESNIVEL: +70 MTS 

PUNTO MÁS BAJO: 126 MTS

PUNTO MÁS ALTO: 167 MTS

Una de las principales características de la geografía de Islandia es su incesante actividad volcánica, y Kerid es una excelente muestra de ello. El cráter, ubicado en una región volcánica conocida como Tjarnarhólar, fue formado hace 6500 años, lo cual lo convierte en un paisaje volcánico relativamente joven. Gracias a esto, la forma oval del cráter se ha mantenido a la perfección y es uno de los lugares más fotogénicos del sudoeste islandés.




Existe un camino que rodea la parte superior del cráter, para poder disfrutarlo desde diferentes perspectivas.




Existe una zona en la parte alta, en la que están limpiando otro cráter, tiene pinta que para que sea un poco más grande este monumento natural.


Resulta realmente sorprendente tanto al rodear el cráter como al bajar por él el intenso contraste de colores que genera el azul turquesa del lago y el color rojizo y verdoso de la tierra y musgo de las paredes del cráter.



Así se ve Kerid en invierno.


Gracias a los senderos adaptados al turismo, es posible descender hasta el lago del cráter Kerid, que llega a alcanzar los 14 metros de profundidad. En invierno este se congela completamente, mientras que en verano se derrite y parece el lugar perfecto para darse un chapuzón único… Pero no es posible, ya que está terminantemente prohibido bañarse en Kerid.



También rodeamos el lago en el interior del cráter, recorriéndolo por el dentro.






martes, 27 de septiembre de 2022

Cascadas Gljufrabui y Seljalandsfoss

 

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RELIVE DE  LA RUTA:

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DISTANCIA: 3 KILÓMETROS 

DURACIÓN: 1 HORA

DESNIVEL: +160 MTS 

PUNTO MÁS BAJO: 88 MTS

PUNTO MÁS ALTO: 144 MTS

La costa sur de Islandia pasa por ser la más visitada del país. Las razones de que esto sea así son varias. Por un lado, la mayor parte de atractivos turísticos de esta zona son fácilmente accesibles desde la capital, Reikiavik, siguiendo la carretera 1 – Ring Road – de la isla. Por otro, el clima es más moderado durante los meses fríos del año, cuando las carreteras del norte sufren las consecuencias del frío, el viento y las precipitaciones. Y es que la belleza del sur de Islandia es realmente magnética. Aquí encontrarás volcanes en actividad, enormes glaciares con lagunas a sus pies, enormes y bellas playas de arena negra, granjas, pequeños pueblos, extrañas montañas y un sinfín de cascadas. Entre estas últimas destacan las cascadas de Seljalandsfoss y Gljúfrabúi, que se hallan a un paso de la costa y presentan un par de peculiaridades que las hacen distintas a las demás.


Y es que en Islandia hay cientos de cascadas y puedes suponer que llega un momento en el que te cansas de verlas. Sin embargo, tras haber visto más de una veintena de ellas, te puedo asegurar que cada una de ellas posee algo diferenciador al resto, haciéndolas únicas.

Dejamos el coche en el aparcamiento de Seljalandsfoss (hay que pagar 700 ISK, unos 5 euros al cambio, para aparcar allí, independientemente del tiempo que te quedes) y nos pasamos por la pequeña tienda y cafetería que hay junto a él. Esto nos demostró que el lugar era bastante turístico, pues son muy escasas las cascadas islandesas que poseen este tipo de complementos comerciales a su alrededor.


La primera cascada es Seljalandsfoss es perfectamente visible desde la carretera, con esa espectacular caída de 60 metros por la que se precipitan las aguas del río Seljalandsá. 
La segunda está completamente escondida, siendo otra historia y vamos primero a Gljufrabui.





Gljufrabui la hallarás escondida en un pequeño cañón – o pliegue – que se forma en la pared de la montaña, hacia el final del sendero. Cuando te aproximas a ese cañón, no escuchas el ruido de la caída del agua, y tan solo ves un pequeño riachuelo que parece emerger de una abertura en la pared. 



Cuando por fin encaras la entrada al cañón, el ruido está ahí, pero no eres capaz de ver la magnitud total de la cascada hasta el último momento, cuando pasas sobre unas cuantas piedras en un paso muy estrecho y accedes a una especie de cámara secreta en la que hay una gran piedra y la lagunilla creada por la cascada.


Arriba se puede ver la claridad del cielo en una estampa inolvidable. Aquí, el agua cae con una fuerza brutal, haciendo prácticamente imposible que nadie te pueda oír al hablar. Te mojarás de la cabeza a los pies mientras contemplas esta maravilla de la naturaleza. Un lugar imprescindible por cualquier ruta por el sur de Islandia.




Ahora vamos hacia Seljalandsfoss.




La particularidad más distintiva de la cascada de Seljalandsfoss es que hay un sendero labrado en la roca que te permite colocarte por detrás de la cortina de agua de la cascada, disfrutando de una perspectiva totalmente diferente y única. No te olvides ponerte un buen chubasquero, pues dependiendo de la dirección del viento acabarás bastante mojado tras atravesar esta parte del circuito.


Es complicado encontrar una cascada en la que puedas acceder al interior y verla desde dentro.