Toloño

sábado, 23 de abril de 2011

Monasterio de Piedra


Aprovechamos nuestra estancia en Semana Santa en Zaragoza y Calatayud, Miren, Valle, Itxaso y yo para visitar el Parque natural del Monasterio de Piedra, del que tanto me ha hablado mi hermano. Se encuentra en la localidad zaragozana de Nuevalos a 100 kilómetros de Zaragoza.


La entrada cuesta 15€ para los adultos y consta de tres partes: una exhibición de aves rapaces, el paseo marcado por el parque y una visita monumental a los edificios.

Según entramos coincidimos que empezada la exhibición de aves rapaces y nos sentamos en las sillas a observar. Hicieron volar halcones y águilas.



Los espectadores teníamos que estar completamente quietos, ya que las aves pasaban volando rozando las cabezas de la gente. Más tarde sacaron lechuzas, búhos y un gran ejemplar de buitre.


Comenzamos la visita al parque natural muy señalizado para que todo el mundo lo hiciera en el mismo sentido, es un paseo apto a todas las personas, exceptuando la zona de escaleras.
El Parque Natural del Monasterio de Piedra nos ofrece una de las experiencias más gratificantes que se puedan encontrar en el mundo, a través de un recorrido por un vergel insólito en torno al agua, sus cascadas y sus grutas. Tal y como decía la acreditada revista inglesa Fraser’s Magazine, en un artículo publicado en el año 1871, es “una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa”.


Indiscutiblemente el Parque es la fantasía del agua. Su magia se puede sentir a través de todos los sentidos: observar la belleza del paisaje, oír el canto de los pájaros, sentir el fluir y el susurro de la caída del agua o pasear por un fantástico paraje romántico que nos transporta al siglo XIX, fecha en que D. Juan Federico Muntadas, artífice y descubridor del Parque y la gruta Iris, convirtió al Parque Natural en una visita obligada hasta nuestros días. Por ello fue declarado en 1945 Paraje Pintoresco Nacional, estando dentro de la red de espacios protegidos de Aragón y en el año 2010 fue declarado Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico.




El Parque acoge densos bosques de ribera, en uno de los ecosistemas de mayor riqueza biológica, donde podrás encontrar numerosas especies de animales y plantas, en un espacio relativamente reducido y gran variedad de árboles gigantescos.


El agua discurre por todas las rocas que nos rodean.



Hay bonitos miradores para ver cada cascada.


Es un lugar muy masificado de gente, pero merece la pena visitar.



Todo esta pensado entorno al agua.



Todo esta demasiado preparado para el visitante.




En la parte alta hay grandes vistas, abajo se puede observar el río, al que tenemos que bajar.


La corriente del río Piedra ha modelado la roca formando lagos, grutas y cascadas. Bajamos por una escalera escavadas en la roca hacia el interior de la gran gruta natural Iris que por fuera esta tapada por la cascada de 50 m. de altura Cola de Caballo.



Las personas muy altas lo pasaran mal.


En este mirador podemos observar la cascada Cola de Caballo desde el interior.



Abajo del todo podemos adentrarnos en la Gruta Iris, nos mojamos algo con el agua que salpica la cascada.


La cascada vista desde el interior de la gruta.


El agua tiene un color azul, similar a la del Urederra.


Es un precioso paseo por el interior de la gruta.



Una vez fuera podemos observar los 50 metros de caída de la cascada Cola de Caballo.



Ahora toca un corto paseo por el interior del bosque.




Al final del paseo encontramos el lago del Espejo, debido a que es agua esta en reposo se puede observar reflejadas las paredes, arboles y todo lo que lo rodea.




Se pone a llover un poco, así que aligeramos el paso.


El lago está lleno de truchas y es que en el Monasterio de Piedra también existe un Centro de Piscicultura.
El movimiento piscícola comienza en Europa a mediados del siglo XIX. En 1867, se iniciaron los primeros trabajos en España, en el Monasterio de Piedra. Fueron realizados por D. Juan Federico Muntadas, que instaló en las aguas del río Piedra la primera piscifactoría de España. En aquella época el Gobierno Español ya estaba preocupado por la desaparición de la pesca en nuestros ríos, arroyos y lagunas
Los objetivos iniciales del Centro de Piscicultura del Monasterio de Piedra apenas han variado desde entonces: la repoblación de las aguas dulces con trucha común y la enseñanza e investigación de nuestros ecosistemas de agua dulce, hoy tan deteriorados.



Ya acabamos el paseo por el parque natural.



Al final hay una visita guiada al Monasterio y toda la zona monumental, también existe un restaurante para comer. Más información en la web: http://www.monasteriopiedra.com/



Plano del recorrido:


Distancia: 3 kilómetros.
Duración: Menos de 2 horas.
Dificultad: Paseo.