Se comienza con una cuesta en pista de hormigón, donde se pueden ver en los prados cercanos cantidad de conejos, cabras y ponnys.
Continuamos el recorrido subiendo serpenteando al principio por una pista de grava por el interior de un bonito pinar.
Nos encontramos con unas escaleras que bajan a la izquierda, aquí empieza el bosque pintado y una de las primeras pinturas nos saluda con un beso.
Parece que nos observa toda esa gente, asomada en los arboles.
Bonita zona para pasar el día.
Hay que pillar la posición exacta para ver a los motoristas.
Nos sentimos mas observados todavía.
La niña y el fantasma.
Después de recorrer todos los senderos y dar rienda suelta a la imaginación se acaba en esta puerta, se gira a la izquierda para volver al mismo lugar de partida de forma circular.
Pasando por delante de preciosos caseríos del barrio de San Pedro.
Distancia: 6 km
Duración: 3 horas
Dificultad: Facil
Ya que estábamos allí aprovechamos a hacer una visita a las cuevas de Santimamiñe, famosas por sus pinturas rupestres.
Las cuevas están cerradas al publico desde 2006, se puede visitar la entrada.
Luego se puede hacer una visita virtual en 3D, que no es lo mismo, pero ayuda a mantener la cueva y a que no se pierdan las pinturas por el transito de las personas.
Después pudimos tomar algo y mojarnos los pies en la siempre fascinante playa de Laida.