Toloño

sábado, 28 de junio de 2014

Boveda, Cornon y Tres Mares desde Brañavieja

Esta vez nos acercamos Javi y yo hasta Alto Campoo, la idea es hacer todo el circo con los cuatro montes empezando en el Boveda y acabando en el Cuchillon. Cogemos la carretera dirección al Mirador del Chivo que sale por detrás de Brañavieja, a la altura del refugio Solvay dejo el coche.


Según empezamos a andar ya estamos subiendo, primero siguiendo el curso del riachuelo y más tarde girando 90 grados a la izquierda.


Hay una fuerte y larga pendiente para empezar, allí abajo se ve el coche.


Seguimos varios caminos para intentar siempre ir hacia arriba.


Estamos casi en julio pero hace bastante frío y sopla mucho viento.


En alguna zona hay que subir en zig zag porque la pendiente es importante.


Podemos observar desde aquí el embalse del Ebro y Reinosa.


En la parte alta hay que ir girando a la derecha por lo que hay que sortear alguna bajada por roca.


Justo enfrente podemos observar el Cuchillon y Tres Mares por donde está entrando la niebla.


La llegada al Boveda se hace entre estas dos rocas.




Llegamos al Boveda (2.067 mts), Javi ya se puede quitar la espinita con su primer 2.000, esperemos que sea el primero de una larga lista.


Nos dirigimos dirección al Cornon que se ve al fondo, hay un sendero bien definido.


La niebla va y viene muy rápido debido al fuerte viento que sopla.


Hacia el norte tenemos preciosas vistas, más hacia el oeste se ve Peña Sagra.


Subimos por el sendero cerca del vallado, nos lleva directamente a la cima.



En la cima del Cornon (2.125 mts) hace un viento bestial no podemos detenernos mucho tiempo.


El rojo buzón del Cornon con forma de mochila.


Bajamos un poco a esta roca a refugiarnos que vuelve la niebla.


Bajamos dirección al mirador del Chivo que debemos cruzar.


Al fondo con mucho zoom se puede apreciar Picos de Europa.


Ya estamos cerca del mirador del Chivo.


Se despeja todo y podemos ver bien claro El Cuchillon y Tres Mares.


Pasamos el mirador y comenzamos la pista hacia arriba por donde baja la pista de esquí en invierno, tenemos que protegernos la cara en este punto debido al fuerte viento y la gravilla suelta de este tramo.



En este punto nos adelanta una veintena de corredores de montaña, en este punto hay que salirse de la pista para coger este empinado y corto sendero que nos lleva hasta Tres Mares.



Llegamos a la cima de Tres Mares (2.171 mts) donde hay un bonito balcón, por muy poco no lo hemos pillado despejado, una pena ya que tiene grandes vistas hacia la montaña palentina y Peña Labra.




Bajamos hacia el este dirección al Cuchillon



Seguimos el sendero y los cairns con cuidado que a la derecha hay una buena caída.


Más a bajo hay un paso que accede a un sendero que nos deja ir hacia el este.



Aprovechamos a hacer el hamaiketako que ya es hora y a ver si escampa la niebla un poco.


Más tarde nos acercamos hasta el collado de los asnos, donde sube el telesilla.


Justo detrás sale un estrecho sendero a la derecha, a partir de este punto hay que ir por la parte sur del circo, hay mucha niebla y el viento sopla fuerte del sur, por lo que empleando el sentido común decidimos abortar la subida al Cuchillon y bajar dirección a la estación de esquí.


Me echo un buen palo para bajar, cuidado que esta pista es roja.



No hay ninguna perdida ya que siguiendo las pistas hacia abajo y los remontes, es imposible perderse.



Llegamos al remonte de Tres Mares y se abre un poco, nos deja ver esta estampa que conozco bien en invierno y ahora parece otro lugar completamente diferente.



Los telesillas están recogidos en el suelo hasta el próximo invierno.


El Cuchillon sigue tapado por la niebla, ya tenemos excusa para volver otro día.



Mapa de la ruta: (En azul lo que pretendíamos hacer, aunque después de Tres Mares bajamos por la roja)


Más información en el track de Antton: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=324046

Distancia: 8 kilómetros.
Duración: 4 horas.
Dificultad: Moderado.

Ya que hemos acabado antes de lo previsto bajamos a visitar el nacimiento del Ebro que Javi no conocía, aquí abajo hace bastante bochorno, totalmente diferente al frío que hacía a 2.000 metros.





Tomamos algo y acabamos comiendo allí.