DISTANCIA: 13 KILÓMETROS
DURACIÓN: 5 HORAS
DESNIVEL: +600 MTS -1.000 MTS
PUNTO MÁS BAJO: 1.717 MTS
PUNTO MÁS ALTO: 2.592 MTS
MAPA Y TRACK DE LA RUTA (pinchar en Wikiloc para ver y descargar el track):
GRÁFICA DE LA RUTA:
RELIVE DE LA RUTA:
MÁS INFORMACIÓN DE LA RUTA:
Nos despertamos en este paraje solitario y a la vez bonito, hemos tenido una noche estrellada y muy tranquila.
Desayunamos al sol, en este bonito restaurante improvisado.
El niño que estuvo toda la tarde con nosotros, ha vuelto a primera hora con llaveros nuevos.
Los muleros preparan las mulas para trasladar todos los bultos, mientras nosotros comenzamos a andar.
Comenzamos subiendo y pronto nos encontramos con otra niña en el camino vendiendo llaveros, que nos habían visto desde un poblado nómada que tienen un poco mas arriba.
Brahim va marcando el paso para que todos vayamos juntos.
Encontramos bonitos ejemplares de Sabina por el camino.
Llegamos al collado y rodeamos la montaña.
Dejamos las mochilas en la base de la pared para echar manos en una fácil trepada.
Llegamos a la cima del Kouauch (2.592 mts) con unas buenas vistas panorámicas de 360º.
Bajamos poco a poco todos para recoger las mochilas y continuar.
Ahí podemos ver la bonita cima de la que acabamos de bajar.
Recorremos una zona pedregosa por sendero.
Nos acercamos a grandes formaciones rocosas que nos recuerda algo a Utah.
Por el camino encontramos cantidad de piedras redondas que son Geodas, si se parten, dentro se ve el Cuarzo.
Esta zona es espectacular, mires hacia donde mires.
Lo normal es que en esta zona el sol hubiera apretado muchísimo, pero la verdad que tenemos buena temperatura.
No vemos animales salvajes, únicamente algún insectos, en esta zona los insectos son más grandes de lo normal.
Llegamos hasta el campamento de hoy, nos sorprende tras 13 kilómetros sin ver una edificación, encontrarnos con este asentamiento aquí en medio de la nada.
Dentro de los muros tenemos una habitación donde poder comer a a sombra, unas duchas e incluso una tienda, parece mentira lo que han montado los bereberes aquí.
Las tiendas las tenemos montadas fuera de los muros, al lado de una gran huerta que tienen aprovechando el poco agua que hay en esta zona.
Comemos sentados siguiendo las tradiciones del país.
La verdad que es una zona tranquila para desconectar del mundo.
A la tarde los que tenemos ganas, vamos a coger altura a unas cimitas cercanas, sin dificultad.
Podemos ver la huerta que tienen para el asentamiento.
Las duchas dan miedo, si te dicen que hemos pasado una noche en una cárcel marroquí, te lo crees, pero la verdad que es un verdadero lujo en el lugar en el que estamos, tener disponibilidad de agua.
Una niña de un poblado cercano viene a vender manualidades que realizan ellos, va atardeciendo y la niña empieza a tiritar de frío, Iñaki en un bonito gesto le regala el plomífero y se lo pone.
Una de las mulas pierde una herradura y en un momento se la ponen, menudo taller mecánico.
Cenamos fuera muy muy agusto.
Y nos espera otra bonita noche.