ACCESO: LO MANTHANG
ZONA: VALLE DEL MUSTANG
DISTANCIA: 28 KILÓMETROS
DURACIÓN: 11 HORAS
DESNIVEL: +1.200 MTS -1.600 MTS
PUNTO MÁS BAJO: 3.371 MTS
PUNTO MÁS ALTO: 4.108 MTS
MAPA Y TRACK DE LA RUTA (pinchar en Wikiloc para descargar el track):
GRÁFICA DE LA RUTA:
RELIVE DE LA RUTA:
MÁS INFORMACIÓN DE LA RUTA:
Nos despiden en Lo Manthang colocándonos una pashmina blanca en el cuello, damos las gracias por la hospitalidad de los últimos dos días y arrancamos esta etapa.
Nos encontramos por las calles del pueblo con gente nepalí autentica.
Nos despedimos de Lo Manthang (3.799 mts) en la puerta de salida de la capital del Valle del Mustang, a unos 20 kilómetros de la frontera con el Tibet.
Salimos del pueblo cruzando un puente tibetano y rezando a Shiva con Achut.
Llegamos al collado de Dhee (4.108 mts)
Es tradición atar las pashminas a los postes de los collados.
Tenemos unas vistas espectaculares hacia otra parte del valle que no habíamos visto hasta ahora.
Bajamos un poco hasta un segundo collado.
Disfrutamos viendo como los buitres del Himalaya sobrevuelan nuestras cabezas.
Desde el collado subimos para hacer el Dhee Peak (4.018 mts).
Es impresionante ver la meseta que tenemos en frente con las enormes grietas.
Ahora nos toca una bajada espectacular hasta el fondo del valle.
El camino es estrecho por una canal con gran pendiente.
Nos llama la atención la piedra arenisca de diferentes colores que tenemos enfrente.
Es completamente diferente a las grandes moles de piedra que podemos ver detrás.
Continuamos bajando hasta nuestro siguiente objetivo y podemos ver a la gente local cultivando en sus huertos, aprovechando el agua.
Bajamos más de 600 metros de desnivel en pocos kilómetros, hasta el pueblo de Dhee (3.393 mts) que se encuentra en el fondo del valle.
Es la hora de comer, así que decidimos quedarnos allí. Achut y Sucar comienzan a llamar a las puertas y dar voces, hasta que una anciana nos dice que pasemos a comer a su casa. La verdad que todo un espectáculo y como no comemos Dal Bhat otro día más.
Tras comer continuamos con nuestro recorrido y cruzamos el puente tibetano.
Las señales del Trekking Trail nos indican la dirección hacia Yara.
Las siglas de abajo NTNC nos indican que es un the National Trust for Nature Conservation, algo así como un Parque Nacional en España y ACAP que estamos en el Annapurna Conservation Area Project, de ahí la importancia de esta zona.
Echamos una mirada para ver la pared por la que hemos bajado.
El siguiente tramo lo hacemos por el interior del cauce del río, en esta época esta casi seco. En la época de monzón se intuye la fuerza con la que baja.
Salimos del interior del río y cogemos unas espectaculares escaleras por la ladera izquierda.
Hay cantidad de buitres en cada hueco de las paredes de la montaña.
Continuamos por esta calzada en la que se han esmerado para colocar cada piedra.
Ya podemos ver el pueblo de Yara donde vamos a dormir hoy.
Entramos a nuestro alojamiento para dejar las mochilas, coger algo de agua y continuar, porque vamos a visitar un a cueva y un monasterio.
Hasta aquí hemos hecho 16 kilómetros, pero ahora por la zona nos queda todavía una gran caminata y se hace una de las etapas más duras del treking.
Seguimos a esta mujer del pueblo que es la que tiene las llaves de la entrada a la cueva que nos van a enseñar.
El camino es por el interior del cauce del río sin sendero aparente y cruzando entre rocas, vamos junto con un grupo de tres australianos que están realizando el recorrido en bici.
Nos encontramos por el camino con alguna mezcla de vaca y Yak que utilizan los locales para la agricultura y lleva grandes pesos, ya que son más fuertes que las pequeñas vacas que tienen y más dóciles que los salvajes Yak.
Ahora nos toca subir por unas escaleras hasta la cueva.
La señora nos abre la Cueva Luri, donde podemos observar a cambio de una donación, un pequeño monasterio en su interior donde van a rezar.
Salimos de la cueva, los australianos vuelven con la señora al pueblo y nosotros continuamos subiendo por el río hacia el último objetivo del día.
Continuamos subiendo viendo cantidad de cabras y buitres en la zona.
Llegamos al Monasterio de Toluri Gompa (3.910 mts), llegamos y encontramos todo cerrado, Achut se pone a pegar gritos y no hay ningún monje, por lo que no podemos verlo.
Vemos el atardecer desde allí y vamos volviendo por la pista subiendo hasta los 3.942 mts.
Ahora nos toca bajar de noche 6 kilómetros con una frontal y dos móviles.
Tras hora y media andando de noche por estos remotos parajes llegamos de nuevo a Yara, donde nos están esperando para cenar.
Información sobre el Valle del Mustang (Nepal)
EL REINO PROHIBIDO DEL MUSTANG
Mustang es el último reino perdido sobre la faz de la tierra. Exclusividad, tradición y misterio son las tres palabras que mejor definen este maravilloso y recóndito lugar. A caballo entre Nepal y Tíbet, ha permanecido herméticamente aislado del resto del mundo durante siglos. Gracias a esto, destila encanto y espiritualidad en cada uno de sus rincones.
El Reino de Mustang ha pertenecido como vasallo a estos dos lugares simultáneamente durante un largo periodo de tiempo. Hoy en día forma parte de Nepal, aunque conserva gran influencia de la cultura y las tradiciones del Tíbet. Durante siglos sus fronteras han permanecido cerradas para los visitantes. Incluso hoy, tan sólo un millar de afortunados al año tienen la ocasión de visitarlo, pagando previamente una alta tasa.
De las profundas gargantas del río Kali Gandaki a la visión espectacular del Annapurna, uno de los ochomiles más bellos de nuestro planeta. La aridez del alto desierto o la forma de vida tranquila y ancestral de sus apenas 9.000 habitantes. Sus templos y monasterios o la necesidad de un permiso especial para visitar algunas zonas. Todo en el Mustang nepalí hace sentir al viajero que llega hasta allí como un espectador realmente privilegiado.
Upper Mustang es el lugar más extraordinario dónde realizar esta actividad, no sólo del país, sino probablemente del mundo.
Puesto que la apertura de la región al turismo ha comenzado hace muy poco tiempo, la zona aún no está explotada y la afluencia de visitantes es mucho menor que en el resto del país. Además, la ubicación de Mustang, entre altas montañas, crea un microclima, a salvo de los monzones habituales en otras zonas como Everest o Annapurna.
UN TREK LLENO DE TRADICIONES
Al recorrer los senderos que transcurren entre sus aldeas, podremos observar la aridez del terreno y la dureza de la vida cotidiana en tan extremas circunstancias. Los habitantes de esta región están poco acostumbrados aún a la presencia de occidentales en sus tierras. Sin embargo, comparten sus tradiciones casi con la misma curiosidad con la que el visitante observa su modo de vida.
Esta inaccesibilidad unida a la sensación que te invade, cuando recorres sus territorios, de que el tiempo se ha detenido son, sin duda alguna, el mayor encanto de este reino prohibido de Mustang.
Los paisajes que se despliegan ante nuestros ojos, en cada una de las jornadas, completan esta maravillosa y única experiencia. Así, a lo largo del recorrido nos encontraremos con una vista excepcional del majestuoso Annapurna, que se erige orgulloso con sus más de 8.000 metros de altura, o el Dhaulagiri con mayor elevación que este, incluso.
EL ESPECTACULAR PAISAJE DEL UPPER MUSTANG
No menos fastuoso es el desfiladero que discurre entre estos dos ochomiles, el Kali Gandaki, horadado por el río del mismo nombre. Es el cañón más profundo del mundo, llegando a los 5.500 metros de desnivel, desde el suelo de la grieta hasta la cumbre del Dhaulagiri a 8.167 metros, y como tal un fenómeno de la naturaleza digno de mención y de la atención del viajero.
Un microclima protege de las lluvias durante todo el año gran parte del territorio de Mustang. Esto hace que la vegetación sea escasa y permite el disfrute de una escena peculiar a lo largo del camino. Áridos parajes y caprichosas siluetas en las formaciones rocosas, con peñascos rojizos y anaranjados, que en ocasiones nos recuerdan a una imagen lunar, y que hacen este recorrido aún más curioso.
UNA FAUNA ESCONDIDA
Entre las áridas tierras de Mustang crecen el leopardo de nieve o las ovejas azules, dos insólitas especies propias de la zona. También podemos ver chacales, perdizes, marmotas, buitres del Himalaya, Quebrantahesos, Alimoches, Aguilas. etc... Eso si, son escurridizas. Casi tanto como el mítico y fantástico abominable hombre de las nieves, que según las leyendas se esconde en las montañas del Himalaya.
LOS MONASTERIOS DE MUSTANG
Diseminados por todo el territorio, existen numerosos monasterios. En ocasiones erigidos en rincones alejados de las rutas principales, ponen de manifiesto la religiosidad que se respira en cada rincón de este reino perdido.
Si a estas primitivas fábulas, transmitidas de generación en generación hasta nuestros días, le añadimos una sociedad que continúa hoy viviendo como lo hacía siglos atrás, fiel a sus ancestrales tradiciones y completamente aislada del mundo exterior, el resultado es un destino fascinante, intrigante y excepcional.
Un buen ejemplo de todo ello es el Monasterio de Lo Gekar. Es uno de los lugares más sagrados de Mustang y según los lugareños, fue construido por Padmasambhavael, fundador del budismo tibetano. También cuentan que en este templo se escondió, y aún se conserva, el corazón de un demonio que aterrorizó a la población durante años.
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