Esta bien preparado con amplios parkings en la entrada hay una taquilla donde hay que pagar 5€ por entrar.
Nada más entrar nos encontramos con un pequeño embalse que impresiona por su color verde.
El camino se hace fácil y ameno, sin apenas desnivel por senderos paralelos al río.
Hay zonas de piedras que parecen playas.
Te ofrecen unos cascos gratuitos para el trayecto, aunque no son necesarios, solo hay que tener cuidado con la cabeza más a delante en un túnel.
Después el túnel viene lo más impresionante un camino de madera colgado sobre una pared de la garganta.
El camino es muy vistoso, bonito para los amantes de la fotografía.
Al final de la ruta se llega a la cueva de Kakueta, a la que se puede acceder unos metros al interior.
Paramos a comer algo en esta roca en medio del río con el puente y la cascada al fondo, todo un espectáculo. Los peces también se pusieron las botas.
Llegando al final de camino se encuentra una bonita cascada de unos 20 metros de altura.
Vuelta al inicio de la ruta, un gran paseo ideal para ir con niños.
Ya que estábamos al lado hicimos una parada al pequeño pueblo de Santa Engrace.
Distancia: 5 kilómetros.
Duración: 2 Horas.
Dificultad: Paseo.
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